
Si todos tenemos el poder de crear realidad, ¿por qué son incontables las personas que viven insatisfechas?
La capacidad de crear la realidad debería proporcionarles la vida que en verdad desean, no aquella en la que se encuentran. Pero es imposible que eso ocurra a menos que descubran su poder. Al igual que lo demás, el poder personal debe pasar por la mente. Una persona poderosa combina distintas características, para las cuales ha sido entrenada la mente:
¿Qué incluye el poder personal?
Tener confianza en uno mismo
Tomar buenas decisiones
Confiar en los sentimientos viscerales
Tener una actitud positiva
Influir en otros
Tener una autoestima alta
Desarrollar la habilidad de convertir los deseos en acciones
Desarrollar la habilidad de sobreponerse a los obstáculos
Cuando alguien se siente incapaz de cambiar una situación, sea cual sea, carece de uno o varios de estos elementos. Quizá imagine que la gente poderosa nace con una dosis extra de confianza y carisma, pero la mayoría de los directores ejecutivos más influyentes suelen ser personas calladas y organizadas que han aprendido el secreto de modelar las situaciones para lograr los objetivos que se proponen. Cada uno empezó con un punto similar al resto de la gente. La diferencia se relaciona con la retroalimentación. Ellos internalizaron cada pequeño éxito y facilitaron las siguientes oportunidades. Entrenaron su mente al asimilar las experiencias y elevar la vara de medición.
Por otro lado, quienes se sienten impotentes se han entrenado a través de la asimilación de experiencias negativas. En lo que a la mente concierne, el proceso sigue siendo el mismo. La mente es neutral en relación con los mensajes de éxito o fracaso. En un mundo ideal el título de esta sección sería: “Cinco formas de sentirse más poderosos”, pero en las circunstancias actuales mucha gente se siente impotente, y la tendencia social que drena el poder personal se hace cada vez más sólida. Ya sea que estemos en conflicto a causa de la recesión, de un cónyuge controlador o del anonimato del trabajo rutinario, es crucial que descubramos nuestro poder, sobre todo porque las sabias tradiciones del mundo continúan reiterando, generación tras generación, que el poder infinito está oculto dentro de cada individuo.
En este punto vamos a esclarecer algunos errores básicos. Antes de hablar de poder personal es necesario aclarar qué no es. No es la fuerza que la gente usa como arma para salirse con la suya. No consiste en suprimir lo que no nos gusta de nosotros mismos y lograr un ideal perfecto que el mundo admire. No es dinero, estatus, bienes ni cualquier otro sustituto material. Hay herederos de grandes fortunas, rodeados de lujos y riquezas, que se sienten más impotentes que una persona promedio. Esto se debe a que las cuestiones de poder yacen en nuestro interior, donde podemos vincularnos con nosotros mismos.
Ahora que definimos qué no es el poder personal, haremos una lista de cinco pasos que permiten que el verdadero poder se manifieste:
Deje de ceder su poder.
Analice por qué está «bien» ser una víctima.
Desarrolle una personalidad madura.
Alinéese con el flujo de la evolución o del crecimiento personal.
Confíe en un poder superior que trascienda la realidad cotidiana.
Cada uno de estos puntos depende de un sencillo hilo que los ata en conjunto: la realidad que percibimos a nuestro alrededor ha sido construida por medio de corrientes invisibles que fluyen alrededor y a través de nosotros.
En el interior, tenemos el apoyo de la creatividad y la inteligencia de nuestro cuerpo y su sabiduría innata. En el exterior nos apoya la fuerza evolutiva que sostiene al universo. El error fundamental que nos lleva a sentirnos impotentes en la vida diaria es creer que estamos desconectados de estos poderes, solos y débiles dentro de una burbuja privada.
Examinemos ahora cada paso para reconectarnos con la fuente de nuestro poder personal.
1
Deje de ceder su poder
Sentirse impotente no es un golpe trágico y repentino. Es un proceso tan gradual que la mayoría de la gente ni siquiera se percata de él. De hecho, en general las personas están más que dispuestas a ceder su poder poco a poco. ¿Por qué? Porque han aprendido que la impotencia parece una forma sencilla de ser popular, aceptado y protegido.
Cedemos nuestro poder cuando complacemos a otros con tal de encajar.
Cedemos nuestro poder cuando seguimos a la multitud.
Cedemos nuestro poder cuando decidimos que los demás importan más que nosotros.
Cedemos nuestro poder cuando permitimos que alguien que aparenta tener más poder tome control sobre nosotros.
Cedemos nuestro poder cuando guardamos rencores.
Todas estas acciones ocurren en el nivel psicológico el cual es invisible. Si una mujer sede su poder sin darse cuenta, le parecerá más que correcto y adecuado sentarse al fondo, solo dar opiniones aceptables, vivir por sus hijos y permitir que su marido controlador la pisotee con tal de conservar la paz. Sean grandes o pequeños, estos sacrificios disminuyen su sentido de valor propio, y sin valor propio, ella misma reduce lo que su mente puede hacer al bajar las expectativas.
Todo el poder oculto es poder propio. Si usted taladra su valor propio, lo sustituirá una serie de compromisos, gestos falsos, hábitos y condicionamientos. La mente se entrena para ver la vida como un declive gradual de desafíos emocionantes; sin dichos desafíos, crear la realidad se vuelve un asunto rutinario. Además, la baja autoestima funciona como un filtro que bloquea las señales de éxito que se le envían con frecuencia.
Romper la barrera
Para dejar de ceder su poder, RECHACE LA URGENCIA DE SEGUIR A OTROS. Aprenda a hablar por sí mismo. Deje de posponer las pequeñas cosas que desprecia hacer. Dese la oportunidad de obtener un pequeño logro cada día. Fíjese en sus éxitos y permita que se registren como momentos de satisfacción. Deje de equiparar la auto negación con virtud. Obtener menos para que los demás tengan más es una racionalización que implica falta de satisfacción. Deje de albergar rencores y de gastar su energía en ira reprimida. La próxima vez que perciba una amenaza, pregúntese cómo puedo transformarla en una oportunidad.
2
Analice por qué esta "bien" ser una víctima
Una vez que empieza a taladrar su valor propio, falta apenas un breve paso para la victimización. Definimos ser víctima como “dolor abnegado”, o para ser más claros, al sacrificio. Al afirmar: “yo no cuento”, se puede convertir el dolor que se padece en una especie de virtud, cómo lo hacen los mártires. Está bien ser un mártir si es por un propósito espiritual superior (según lo cree en algunas religiones), pero ¿Qué pasa si no hay propósito superior? La mayoría de las víctimas se sacrifican en el altar de las causas inútiles.
El “buen” sufrimiento que no necesitamos
Echarnos la culpa de los errores ajenos.
Encubrir el abuso, sea físico o psicológico.
Permitir que nos menosprecien en público.
Permitir que nuestros hijos nos falten el respeto.
Callar nuestra verdad personal.
Negarnos la satisfacción sexual.
Fingir que amamos a otros.
Trabajar en algo que odiamos.
Fomentar cualquiera de estos tipos de sufrimiento innecesario lo hará más vulnerable a las cosas negativas en general, pues la victimización, al volverse un hábito inconsciente, restringe nuestras reacciones. En estas circunstancias, usted decide, de forma inconsciente, que es el elegido para resistir el ataque de los problemas. Esta expectativa es muy peligrosa y poderosa.
Las víctimas siempre encuentran “buenas” razones para sus aprietos. Si perdonan a un cónyuge abusivo, es porque perdonar es un acto espiritual, ¿cierto? Sí encubren a un adicto, es porque tolerar y aceptar a los demás es igual de espiritual. Sin embargo, si tomamos distancia, las víctimas de esas situaciones se provocan sufrimiento de forma deliberada, el cual deriva en impotencia. A la víctima siempre le están haciendo algo. Hay suficientes abusadores, adictos, agresores, controladores y pequeños tiranos para mermar el poder de quien se ofrezca como voluntario para desempeñar el papel de víctima.
Romper la barrera
Lo primero y más importante es que usted se dé cuenta de que el rol de víctima es voluntario. Usted no está atrapado por el destino ni por la voluntad de Dios. Toda esa mentalidad de que el sufrimiento “bueno» es divino quizás sea cierto para los santos, pero en la vida cotidiana permanecer en el papel de víctima es una mala elección. Deles un giro a sus elecciones. Reconozca a quién ha contratado para que sea el victimario y tome las medidas necesarias para despedirlo. No postergue las cosas ni las racionalice. Si se siente agredid@, herid@, menospreciad@ o maltratad@ de cualquier forma, enfrente la verdad y salga de ahí tan pronto como pueda.
3
Desarrolle una personalidad madura
Los seres humanos somos las únicas criaturas que no maduramos de forma automática. El mundo está lleno de gente atorada en la infancia o la adolescencia, sin importar su edad. Madurar es una elección; alcanzar la edad adulta es un logro. Los medios de comunicación han logrado que sea fácil confundir la juventud con la plenitud de la vida, cuando en realidad los jóvenes (de 13 a 22 años, mas o menos) Están pasando por la etapa más importante, insegura y estresante de la vida. No hay proyecto más decisivo para descubrir el poder personal -y la felicidad- que el de convertirse en un adulto maduro.
Este proyecto toma décadas, pero la satisfacción incrementa a medida que pasamos cada señalización y cada punto decisivo en el camino. Hay una clara distinción entre los ancianos que en su vejez viven arrepentidos, insatisfechos y deprimidos, y los viejos que recuerdan su paso por el mundo con alegría y satisfacción personal. Al llegar a los 70, el dado ya ha sido lanzado. Pero el proceso de madurez comienza con el objetivo en la mira. El objetivo se encarna en la frase Yo Despierto. Ésta es la parte del ser que modela la realidad y nos coloca en el meollo de las experiencias que cada uno de nosotros crea a nivel personal.
¿Qué se siente tener un Yo Despierto?
- Sé que soy Conciencia en una experiencia biológica.
- No siento que me controlan los demás.
- No vivo en función de la aprobación ajena ni me desalienta la desaprobación.
- Tengo objetivos a largo plazo que perseguir.
- Me esfuerzo para superar las situaciones difíciles por mi propio sentido de la dignidad y el valor propio.
- Respeto a los demás y ellos me respetan.
- Comprendo mi propia vida emocional. No me descontrolan las emociones ajenas.
- Me siento a salvo en el mundo y disfruto pertenecer a él.
- Se que la vida me aporta cierta sabiduría.
Tener un Yo Despierto significa ser autores de nuestra propia historia, es lo opuesto a ser una víctima y llevar una vida escrita por otros. Puesto que establece metas, el de Yo Despierto va por delante del individuo. No puede esperar alcanzarlo ahora mismo, como un niño de primaria tampoco puede aspirar a convertirse en un novato universitario de un día para otro. La razón por la que usamos el concepto Yo Despierto en lugar de Yo maduro, es que la madurez tiene mala fama y tiende a connotar a alguien cuya vida es aburrida y formal.
Romper la barrera
Para empezar, deje de vincularse con actividades superficiales y mejor hágalo con el proyecto integral de convertirse en una persona madura y completamente auténtica. Siéntese y escriba su visión personal. Aspire a los objetivos más elevados que imagine que le traerán satisfacción. Busque personas que compartan la misma visión y estén alcanzando el éxito. Una vez que sepa hacia dónde se dirige, el camino se desplegará con su propia orientación interna. Permita que esto ocurra; su potencial floreciente requiere refuerzos diarios.
4
Alineate con el flujo de la evolución o del crecimiento personal
Elegir crecer de forma automática implica enfrentarse a lo desconocido. Al principio, las guías en el camino son inestables. Todos tenemos cierto tipo de inseguridad que gradualmente cede el paso a elementos de control propio y conocimiento verdadero.
Sin embargo, sin evolución no habría camino, y solo vagaríamos sin propósito. La evolución es una fuerza cósmica; es la razón por la cual las nubes de polvo estelar a la deriva crearon la vida en la Tierra. Es la fuente de toda la creatividad e inteligencia. Cada buena idea que haya tenido y cada momento de revelación, demuestran que la evolución trabaja de forma invisible para guiar la vida.
El universo fomenta la evolución de todos, pero al mismo tiempo podemos guiar nuestro propio crecimiento. La clave está en el deseo. Todos deseamos más y mejores cosas para nosotros mismos. Si aquellas cosas son buenas para nuestro crecimiento, estamos guiando nuestra propia evolución. Si lo que deseamos puede ayudar a otros, se vuelve más probable que lo alcancemos.
¿Qué hace evolutivo un deseo?
- No repite el pasado, sino que es nuevo y refrescante.
- Ayuda a más personas y no sólo a uno mismo.
- Trae consigo un halo de alegría y satisfacción.
- Satisface un deseo profundo.
- No nos arrepentimos de él.
- Surge de forma natural y se da con facilidad.
- No nos pone a pelear con nosotros mismos o con fuerzas externas.
- Satisfacerlo es útil para nosotros mismos, pero también para otros.
- Abre un campo de acción más amplio.
- Expande nuestra conciencia a medida que la satisfacción aumenta.
El deseo resulta una guía poco fiable si lo único en lo que pensamos es en la satisfacción inmediata y en evitar lo que nos hace sentir mal. Se requiere entonces un mayor marco de referencia. Por ejemplo, la cultura india hace una distinción entre dharma y a Adharma. Dharma incluye todo lo que sostiene la vida de forma natural: la felicidad, la verdad, el deber, la virtud, el asombro, la adoración, la reverencia, el aprecio, la no violencia, el amor y el respeto por uno mismo. Para cada individuo, el flujo de la evolución sustenta todas estas cualidades, pero primero está en nosotros elegirlas.
Por otro lado, existen las malas elecciones, o Adharma, las cuales no sustentan la vida de forma natural: la ira, la violencia, el miedo, el control, el dogmatismo, el escepticismo riguroso, los actos poco virtuosos, la auto indulgencia, el condicionamiento de los hábitos, el prejuicio, la adicción, la intolerancia y la inconsciencia en general. lo que conecta las tradiciones de sabiduría mundial, del oriente y del occidente, es saber que es dhármico y que es adhármico. Lo primero nos guía hacia la iluminación y la libertad; lo segundo, hacia el sufrimiento y las ataduras.
Romper la barrera
Siga el camino dhármico. Dharma es el poder por excelencia, pues sí la evolución sustenta toda la creación, es fácil que nos sustente como individuos. observe con franqueza su vida cotidiana y las elecciones que hace. Pregúntese cómo puede incrementar las elecciones dhármicas y reducir las adhármicas. Paso a paso, alimente su convicción de evolucionar.
5
Confíe en un poder superior que trascienda la realidad cotidiana
Nada de lo descrito hasta ahora podrá ser posible sin una visión suprema de la realidad. Por lo pronto, dejemos de lado la religión y cualquier otra referencia a Dios. Es mucho más importante observar la oportunidad que tenemos de ir más allá del rol pasivo para asimilar el de creadores de la realidad. Sin importar qué lo esté reteniendo en un estado de impotencia, si usted cree que está destinado a quedarse estancado ahí, será incapaz de recuperar el poder.
Por fortuna, el poder de superar el sufrimiento siempre ha existido y es nuestro derecho de nacimiento. Tener, aunque sea una pizca de conciencia implica estar conectado con toda la conciencia infinita que sustenta la evolución, la creatividad y la inteligencia. Ninguna de estas cosas es accidental ni un privilegio otorgado a unos pocos afortunados. Cuando pedimos conectarnos a una realidad superior, la conexión se establece.
Vistazos a una realidad superior
- Nos sentimos resguardados y protegidos.
- Nos sentimos cuidados.
- Reconocemos las bendiciones de la vida que se perciben como acciones de gracia.
- Estamos agradecidos de estar vivos.
- Todo nos parece sincrónico.
- La naturaleza nos llena de asombro.
- Hemos tenido alguna experiencia en la que vemos o sentimos una luz sutil.
- Una presencia divina nos ha influido en un nivel personal.
- Hemos experimentado momentos de éxtasis puro.
- Los milagros parecen posibles.
- Sentimos que tenemos un propósito superior en la vida. Nada ha sido accidental.
¿Qué tan cerca está la realidad superior? Usemos una metáfora para explicarlo, imagínese que está atrapado en una red. Todas las redes tienen agujeros, así que encuentre uno y pase a través de él para liberarse. La realidad superior estará ahí, esperándolo.
La esposa de un hombre dominante se dio cuenta de que se sentía impotente y sometida. Nunca había trabajado fuera de casa y durante 20 años se había abocado a criar a su familia. Pero se liberó de la red cuando descubrió la pintura, la cual resultó ser mucho más que un simple pasatiempo. El arte era su vehículo de escape. Cuando empezó a encontrar compradores que apreciaban sus cuadros, en su interior ocurrió un cambio. Su imagen de la realidad pasó de ser “estoy atrapada y no hay nada que pueda hacer” a “debo valer más de lo que imagino, pues he creado algo hermoso”.
Romper la barrera
Las infinitas posibilidades están en todas partes en la conciencia. Lo único que necesita es estar al tanto de los potenciales ocultos en su conciencia y prenderse de ellos. ¿Qué posibilidades siempre ansió explorar, pero nunca lo hizo? Esas son las opciones que debe revisar. Si persigue algo que aprecia profundamente, la realidad superior se volverá a conectar con usted. Esta nueva conexión registra lo interior como alegría y curiosidad, como un nuevo apetito por el futuro. También registra lo exterior como posibilidades cada vez mayores que nos sostienen cuando menos lo esperamos.
Finalmente, todo lo que hemos visto es una especie de vehículo de escape. Los vehículos de escape nos llevan al Yo despierto, a la persona que nació para ser un creador de la realidad. A esta persona no le interesa el poder individual; lo que en verdad valora se extiende más allá de sí mismo: es la gloria de la creación, la belleza de la naturaleza, las cualidades emotivas del amor y la compasión, el poder mental para descubrir cosas nuevas. Estos aspectos universales son la verdadera fuente de poder. Son parte de nosotros, como nosotros somos cada uno de ellos.
Sesiones de acompañamiento
En una sesión de Biodescodificación se aborda un conflicto en particular que trae el consultante. No es una terapia psicológica, más bien es una herramienta para tomar conciencia de las creencias ocultas que generan conflictos. De esa forma, el consultante se permite cuestionarlas y transformarlas para salir de la situación de conflicto que trajo a la consulta.