¿CÓMO AFRONTAR LAS CRISIS?

Mucha gente reacciona a las crisis personales con temor, el cual es instintivo. Sin embargo, es posible abordarlas de una forma más integral, es decir, conjugando el uso de la racionalidad y las emociones.

Una crisis personal no es más que un desafío de proporciones drásticas, y los desafíos son parte de nuestra vida diaria. Nadie se escapa de esos oscuros momentos en los que el desafío se convierte en una crisis, y muchos momentos decisivos han surgido a partir de un desastre inminente.

 

La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia, como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis, se supera a sí mismo sin quedar “superado”.

Albert Einstein.

Los resultados de nuestra vida dependen de cómo lidiemos con esos momentos oscuros. ¿Se volverán puntos decisivos o contratiempos? Aquí entra en juego lo que llamamos sabiduría, pues la mayoría de la gente toma decisiones importantes con base en sus impulsos o, por el contrario, en sus hábitos. Sienten el empuje de las emociones, las cuales son mucho más fuertes que cuando la mente está en desorden. Sin embargo, la sabiduría puede ser un incentivo para conquistar las dificultades y transformar la frustración y la derrota de descubrimientos y puntos decisivos de nuestras vidas.

Cada vez que las cosas salgan mal, hágase estas 3 preguntas, diseñadas para convertir el desorden mental en un proceso ordenado que el cerebro puede seguir y organizar en términos físicos.

Pregúntese:

  1. ¿Este es un problema que debo resolver, soportar o del cual debo alejarme?
  2. ¿Hay alguien que haya resuelto el mismo problema con éxito a quien pueda consultar?
  3. ¿Cómo puedo profundizar en mi interior en busca de solución?

Por otro lado, hay 3 preguntas que debe desterrar como la mala hierba en el campo, pues son derrotistas y promueven el caos mental.

No se pregunte:

  1. ¿Por qué me pasa esto a mí?
  2. ¿A quién puedo culpar?
  3. ¿Cuál es el peor escenario posible?

Las situaciones en las que estas preguntas surgen son innumerables, ya sea una relación problemática o un accidente automovilístico grave, el diagnóstico de una enfermedad que atenta contra la vida o un arresto de un hijo por consumo de drogas. Tristemente hay millones de personas que rumean constantemente las preguntas que no deberían hacerse, mientras que solo una fracción se plantea con seriedad las preguntas correctas, las cuales conducen a acciones adecuadas. Veamos si es posible mejorar la situación.

1. ¿Este es un problema que debo resolver, soportar o del cual debo alejarme?

Hacernos esta pregunta hace que comencemos a tomar una dirección razonable. A menos que pueda responder de forma clara y racional, su visión estará nublada por las reacciones emocionales. Sin saberlo, estará bajo el mando de la alianza de instintos y emociones. Entonces, quizás se da a la impulsividad o recaída de viejos hábitos cuando lo que necesita es algo nuevo, una solución a la medida de la crisis presente.

 

Las situaciones negativas suelen inducir una mala toma de decisiones, así que, para llegar al punto de tomar buenas decisiones, debe aclarar su confusión interna. Haga una pausa para considerar -con el consejo de alguien de confianza- una forma de proceder que empiece por encontrar una solución. Si la solución no está ahí, pregúntese por qué. Tal vez la respuesta sea que necesitas ser paciente y soportar la situación negativa, o que debe alejarse porque nadie en su lugar ha encontrado la solución. Los problemas financieros a veces pueden resolverse, pero en ocasiones es necesario soportarlos, a menos que las cosas empeoren aún más y debe alejarse de ellos y declararse en bancarrota. Tome en cuenta que esta secuencia debe existir. La sociedad era retrógrada cuando la deuda se convertía en una falla moral y los deudores eran enviados a prisión, pues se les privaba de los medios para resolver la situación o alejarse de ella.

 

No permita que los juicios y la moral pensativa lo atrapen. En general, la mayoría de la gente soporta las situaciones negativas, incluso las crisis, como un esposo violento y abusivo, o síntomas graves de enfermedad coronaria ocasionado por la obesidad, porque encontrar una solución requiere esfuerzo y alejarse parece riesgoso. Sólo un pequeño porcentaje de gente (menos del 25%) busca ayuda profesional para enfrentar sus problemas emocionales, mientras que la mayoría (más del 70%) afirma que, para lidiar con las dificultades emocionales, ve más televisión.

 

Las alternativas funcionarían si la gente no se abrumara cuando las cosas andan mal. Un día anhelan con ansias la solución y quizá den unos cuantos pasos para alcanzarla. Pero al día siguiente se vuelven pasivos y se victimizan, así que toleran las cosas como son. Al tercer día están hartos y cansados de sufrir, y lo único que desean es escapar. El resultado final es la derrota. No se puede encontrar una solución si se va en las 3 direcciones a la vez. Así que aclare su situación y actúe en función de aquello que se aprecia con claridad.

 

Acciones: Cuando se sienta más calmado, tome asiento y examine la crisis. Anote las alternativas en 3 columnas: solucionarlo, tolerarlo y alejarse. Escriba las razones que justifiquen cada una y medítelas con cuidado. Pídale a alguien de confianza que lea lista y le dé retroalimentación. Una vez que hayas decidido qué hacer, siga esa dirección, a menos que haya fuertes indicaciones de que debe tomar otro camino.

2. ¿Hay alguien que haya resuelto el mismo problema con éxito a quien pueda consultar?

Las situaciones problemáticas no se resuelven en aislamiento, pero por desgracia nuestras reacciones emocionales nos aíslan, pues el miedo y la depresión nos acosan, y nos retraemos. En las orillas acechan la culpa y la vergüenza, Las cuales, una vez que toman el control, nos dan más razones para cerrarnos. Por lo tanto, debemos preguntarnos: “¿Hay alguien que haya resuelto el mismo problema con éxito a quien pueda consultar?”

 

Encontrar a alguien que haya pasado por la misma crisis que nosotros enfrentamos permite lograr varias cosas a la vez. Nos da un ejemplo, un confidente que entiende nuestro pesar y una alternativa distinta del aislamiento. Las víctimas suelen sentirse solas y desamparadas. Por lo tanto, acérquese a alguien cuya experiencia personal demuestre que no es necesario victimizarse por las cosas malas que se están viviendo.

 

No se trata de encontrar a alguien que lo tome de la mano, comparta su miseria o le de terapia. Estas actividades pueden ser benéficas (o no), Pero la experiencia de hablar con alguien que ha entrado en la oscuridad y ha salido victorioso es irreemplazable. ¿Dónde se encuentra esa persona? Pregunte entre sus conocidos. Cuando nos sentimos abrumados y estresados, hay mucha más gente que desea ayudarnos de la que imaginamos. Internet amplía las posibilidades de búsqueda aún más, pues ofrece foros activos en los que las crisis pueden discutirse en tiempo real, y vínculos a fuentes relacionadas. Sólo asegúrese de no estarse involucrado en una mera sesión de quejas, sea en línea o en persona. Dada la intensidad de las emociones, es fácil apoyarnos en cualquier persona que nos escuche.

 

Deténgase y observe. ¿Está recibiendo la retroalimentación correcta? ¿Salen cosas positivas y útiles de cada encuentro? ¿La otra persona es verdaderamente empática? (si nos lo permitimos, es fácil notar la falsedad de los demás). Compartir las emociones es solo el comienzo. Necesitará ver señales de que está sanando y de que empieza a parecer una verdadera solución a la crisis.

 

Acciones: encuentre un confidente con el cual compartir su historia. Busque un grupo de apoyo, así como foros o blogs en internet. Nunca habíamos tenido tantas posibilidades. no se detenga hasta encontrar no sólo un buen consejo, sino la empatía autentica de alguien en quien confíe. Anote la solución sugerida para poner a prueba sus palabras. Actualice sus notas con frecuencia hasta que la solución empiece a funcionar, de no ser así, vuelva al inicio y pido un mejor consejo.

Es hora de prestarte atención

Por eso, si quieres lograr con éxito los retos que te marcas, tienes que empezar por el principio. Y ese principio eres tú.

Sesiones de acompañamiento

En una sesión de Biodescodificación se aborda un conflicto en particular que trae el consultante. No es una terapia psicológica, más bien es una herramienta para tomar conciencia de las creencias ocultas que generan conflictos. De esa forma, el consultante se permite cuestionarlas y transformarlas para salir de la situación de conflicto que trajo a la consulta.

3. ¿Cómo puedo profundizar en mi interior en busca de soluciones?

Por último, enfrentar la crisis es inevitable. Convertir algo negativo en algo bueno depende de usted. Nadie podrá estar a su lado siempre, y, le guste o no, las crisis consumen todo nuestro tiempo. Se encontrará frente a un mundo interno que de pronto está lleno de amenazas, temores, ilusiones, anhelos, negaciones, distracciones y conflictos. El mundo exterior no cambiará hasta que se modifique el interior. Por lo tanto, pregúntese: “¿Cómo puedo profundizar en mi interior en busca de soluciones?”

 

Está buscando la entrada al dominio del cerebro superior (nuestra mente racional) en el cual el intelecto y la intuición podrán ayudarlo. Pero primero debe darse permiso de entrar, lo cual implica una voluntad de profundizar. Antes, debe tener en cuenta una verdad simple: el nivel de la solución nunca está al nivel del problema. Al saberlo, podrá escapar de muchas trampas en las que la gente suele caer.

 

¿Qué existe al nivel del problema? Pensamientos repetitivos que nos llevan a ningún lado. Condicionamientos viejos que siguen fomentando las elecciones anticuadas del pasado. Muchos comportamientos obsesivos, improductivos y atrofiados. La lista es inmensa. Sin embargo, lo que importa es que tenemos más de un nivel de conciencia, y en un nivel más profundo somos capaces de desatar nuestra creatividad y nuestro entendimiento.

 

Nosotros contenemos el potencial para crear nuevas soluciones, pero debemos ser proactivos. Mucha gente afirma: “Debo pensarlo bien”, lo cual quizás es un buen primer paso. Pero, en un nivel más profundo, el proceso implica dar el primer paso. Debemos hallar un modo de no aferrarnos, lo cual es sumamente difícil en un momento de crisis. Todos nos sentimos tentados a entrar en pánico, la presión constante nos lleva a la preocupación frecuente, y la ansiedad en aumento alimenta al cerebro inferior (aquel que controla lo emocional e instintivo), el cual refuerza sus reacciones.

 

Entonces, ¿cómo podemos conectar con el potencial para crear nuevas soluciones? Tanto la confianza como la experiencia son de ayuda. Si en el pasado ha tenido momentos de revelación (esos momentos en los que decimos: “¡ajá!”), en que la solución aparece de la nada, puede confiar en que ocurrirán de nuevo. Establezca la circunstancia adecuada para la revelación. Guarde silencio durante una parte específica del día. Cierre los ojos y concéntrese en su respiración, hasta que el cuerpo empieza a tranquilizarse. Tome en cuenta que el estrés físico bloquea al cerebro superior. Asegúrese de haber descansado bien, en la medida de lo posible, y aléjese de detonantes de estrés y de personas que lo hagan sentir vulnerable.

 

En medio de esa calma, pida la respuesta. Para algunas personas, pero no para todas, esto es sinónimo de rezarle a Dios. Puede pedirle a su yo supremo o simplemente tener un propósito claro y específico. Después tome distancia y relájese. las respuestas siempre llegan, porque la mente no carece de canales de comunicación. Plantear una pregunta al universo, como la describirían algunos, estimula al universo a responder. Como quiera que sea, la sabiduría que nos antecede apoya la noción de que las soluciones creativas surgen de forma espontánea.

 

En la primera etapa, el miedo se diluye; entonces tendrá la fuerza suficiente para enfrentar la crisis.
La segunda etapa consiste en observar lo que hace.
En la tercera etapa encontrará el significado de la experiencia en su totalidad. Tenemos la capacidad de realizar este desdoblamiento natural si usted se lo permite.

 

Acciones: Permítase tener un espacio de calma interior. Distánciese de las preocupaciones y no se deje llevar por el caos. En esas condiciones fortificantes, alcanzará el nivel de la solución mientras se separa del nivel del problema.

 

Las 3 preguntas que no debe hacerse lo acosaran a menos que las haga a un lado de forma consciente. Todos sentimos el impulso de condenarnos a nosotros mismos por culpa, de culpar a otros de nuestras desgracias y de fantasear con el desastre absoluto. En eso consisten las 3 preguntas negativas, así que cuando cedemos ante ellas, provocan daños impresionantes en nuestras vidas. Durante los momentos de claridad, recuerde que estas preguntas lo llevarán al castigo propio. Habrá una brecha de pensamiento claro para fracturar las reacciones instintivas y emocionales que desean controlarlo.

Es imposible saber en qué momento le ocurrirán cosas malas, pero mi intención es incentivarlo a dejar de ser parte de la gran mayoría que vive confundida y en conflicto. Únase a la minoría que ve un camino abierto en medio de la oscuridad presente, que jamás se rinde ante el miedo y la desesperanza, y que desempeña el papel que le corresponde para ayudar a otros a salir de la crisis y guiarlos hacia un futuro luminoso.
Bendigo y agradezco tu valentía. El arte de vivir en conciencia.

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