Las relaciones como "espejo".

Este concepto es muy conocido cuando a la hora de referirnos a nuestras relaciones se habla.
La ley del espejo nos dice que el mundo externo actúa como un espejo, reflejando tanto nuestra luz como nuestra sombra, siendo un retrato de nuestro mundo interno. Lo que nos quiere decir es que nosotros proyectamos nuestras virtudes y nuestros defectos externamente, pero sucede cuando no somos conscientes de esto.
En este artículo quiero contarte cómo podemos conocernos a nosotros mismos observando nuestros pensamientos, emociones y reacciones frente a nuestras relaciones interpersonales (pareja, hijos, compañero de trabajo, padres, etc.).
A mí me gusta usar el concepto de “PROYECCIÓN”, porque en primera instancia, no le estoy dando el poder a nada externo a mí. Yo soy responsable, YO SOY quien se proyecta. Es una manera también de empezar a ser conscientes de que nosotros mismos somos los creadores de nuestra vida.
No podemos saber cuáles son los pensamientos guardados en nuestra mente inconsciente pero, podemos verlos manifestados afuera.
¿Qué significa esto?
Observa lo que pasa en tu mundo material, en tu vida, en tus relaciones y en tus reacciones.
La mente subconsciente es una especie de piloto automático. Es parte de la mente que engloba todo lo que es inconsciente, espontaneo, aprendido y no verbal. Es donde están grabados los programas de supervivencia que se gestaron hace más de 2 millones de años.
La mente subconsciente guarda los conocimientos, los aprendizajes, las competencias, todas las informaciones pasadas y futuras.
El subconsciente es dinámico e influye constantemente en cómo pensamos, cómo nos comportamos y en cómo reaccionamos.
Los pensamientos subconscientes que corren en nuestra mente todos los días de manera repetida están creando una cascada de reacciones químicas que producen no sólo lo que sentimos (sensorialmente) sino incluso lo que sentimos (anímicamente).
Nuestra vida está determinada por unos programas inconscientes, y si queremos adquirir la tan anhelada libertad tenemos que hacernos conscientes de ellos para poder cambiarlos por otros.
Hasta que usted no haga consciente lo inconsciente, éste dirigirá su vida y usted lo llamará destino.
Carl Gustav Jung
Por otra parte, qué nos dice el principio universal de MENTEGÉNESIS:
- El mundo material es un reflejo del mundo inmaterial. La consciencia crea a la materia. Vemos en el mundo el efecto de una causa mental.
- Somos energía, somos información y creamos frecuencias. Esas frecuencias determinan el mundo material.
- Del mismo modo que una gota del océano está unida a las otras gotas y forman el mar, nosotros estamos unidos al universo.
- Lo que vemos hoy manifestado en nuestras vidas son nuestros pensamientos y emociones del pasado.
Tu mundo externo es un reflejo de tu mundo interno.
Para explicar esta frase utilizare el concepto de la proyección:
- Lo que te molesta, irrita, enoja o te pone furioso del otro y quisieras cambiar en él o ella, es algo que está dentro de vos y no lo has reconocido todavía. No has podido observarlo porque está y vive, en tu subconsciente.
Podemos encontrarnos con estos puntos:
1. Sos igual y no lo asumís
2. No sos igual y no lo asumís.
3. Querés ser igual pero no te lo permitís. - Lo que el otro te critica, quiere cambiar en vos y te provoca daño, es en realidad, algo tuyo que todavía no has resuelto y se manifiesta para que puedas sanarlo.
- Lo que te gusta, aprecias y amas en el otro, es algo que vos tenés también, pero al no ser consciente de ello, lo admiras en esa persona externa.
- Lo que el otro te crítica y quiere cambiar en vos, pero no te afecta, es algo que has podido asumir y resolver, las demás personas también proyectan sus carencias en nosotros.
Cuando nosotros mostramos nuestra capacidad de discernir las circunstancias, estamos enseñando al otro que también tiene esa capacidad.
Si pensás vivir una relación donde solo haya felicidad y jamás existan conflictos, estás dormido. La realidad es que eso, es imposible.
Constantemente estamos interactuando con nuestro mundo interno, no somos conscientes de ello hasta que empezamos a observar nuestro entorno.
Por eso la propuesta de tener una observación consciente. Para encontrar cuáles son los pensamientos que tenemos y saber cuáles son las que nos generan conflicto. Todos buscamos la paz, pasa que nos olvidamos que lo somos.
Cuando nos sentimos atacados, cuando nos molesta algo de alguien estamos viendo la proyección de nuestra propia sombra.
Carl Gustav Jung (1875-1961) psicólogo y médico psiquiatra suizo, define el arquetipo SOMBRA como el aspecto inconsciente de la personalidad caracterizado por rasgos y actitudes que el Yo Consciente no reconoce como propios. El inconsciente lucha por mostrarse, pero es reprimido continuamente por el ego. La sombra está formada por energía psíquica reprimida que se proyecta en el exterior.
Podemos decir también que tenemos creencias-sombra que son las que controlan nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestros comportamientos. Cada experiencia de la vida es una oportunidad de elegir de nuevo, una oportunidad de corregir viejos errores que nos permitan crecer, experimentar y desarrollarnos.
Sigo agregando, aquellas cosas que rechazamos de nosotros mismos tendemos a proyectarlas afuera. Cuando seguimos rechazando nuestra sombra esta se hace “más grande” y aparece en proyecciones tales como violencia, manipulación, mentiras, abusos, etc.
Asumir la importancia y la eficacia de la proyección, y empezar a aplicarla en tus relaciones, te ayuda a poder ver e integrar tu sombra.
Detrás de toda situación conflictiva, o comportamiento disfuncional está el miedo. Es causa por excelencia de los conflictos, basados en creencias limitantes.
Pero te cuento un secreto, detrás de la emoción del miedo siempre se encuentra la paz. Poder reconocer nuestras proyecciones nos devuelve el control de nuestra vida, nos hace responsable, nos empodera, reconocemos la paz.
Por eso, no te juzgues más, anímate a reconocer que aquello que ves afuera tiene que ver con vos, y si lo rechazas con todas tus fuerzas, ésta corresponde a tu sombra. Puede suceder que te sientas incorrecto, pero sigue perteneciendo a una creencia limitante.
¿Hay que desterrar la sombra? NO! Hay que integrarla. Vivimos en un mundo dual donde todo es polar, no existe luz sin la oscuridad, no existe el frío sin el calor, no existe el amor sin el miedo.
Recordá que en tu relación interpersonal estas proyectando. Él o ella, te “muestran” tus partes más sensibles para que puedas trabajarlas y sanarlas.
Es la clave para transcender y aprender a amarte a vos mismo/a.
Dejo algunos ejemplos:
Cuando no somos conscientes de que nos estamos traicionando, hacemos cosas que no queremos hacer, o nos conformamos con una relación que ya no es para nosotros cuando hay una “traición” por nuestra parte o la de tu pareja.
Te estás auto-engañando a vos mismo, a vos misma, cada vez que el otro te miente, o te manipula.
Cuando vemos en una relación dependiente de alguna sustancia, o adicta a algo, no estamos asumiendo tener un problema de dependencia hacia el otro. Y peor aun si queremos salvarla.
Cuando no somos conscientes de observar como internamente nos maltratamos, nos hablamos mal o nos subestimamos, podemos vivir casos de relaciones de maltrato.
Cada caso es particular, porque cada uno le pone de su condimento (su interpretación) a cada situación.
Otro ejemplo puede ser cuando le exigimos al otro que no nos abandone, nos reconozca. Entonces me pregunto: ¿Dónde me estoy abandonando? ¿Dónde no me reconozco?
Nosotros mismos tenemos todos los recursos para vivir en armonía y paz emocional, por esta razón podemos decir que en una relación de pareja, la atracción y el amor, son la cohesión para que dos personas se queden juntas para empezar este viaje: son maestro y alumno, el uno de otro al mismo tiempo y ya no me sacrifico por el otro, sino que empiezo a preferir.
Cuando estoy en armonía no le exijo nada al otro, no le exijo amor, reconocimiento, seguridad o importancia, porque sé que soy todo eso.
Herramienta para sanar las relaciones
Consiste en una auto-indagación la cual podés usarla con cualquier persona, es una forma más de ir conociéndote.
Identifica una situación en donde viviste un conflicto con otra persona. No te fijes tanto en la persona, sino en el evento. Una vez identificada la escena seguí estos pasos:
¿Cómo juzgué? ¿Cómo ataqué (pensamiento o acción)? ¿Dónde me comparé?
Date el tiempo de tomar consciencia dentro de la escena sobre cuál fue la proyección y qué es lo que estabas negando de vos mismo.
Una vez descubierto preguntate:
¿Preferís tener razón o estar en paz?
Podrán aparecer sentimientos como angustia, inseguridad, abandono, soledad y emociones como ira, tristeza y miedo. No los rechaces, están ahí para sentirlas, asumir nuestros sentimientos y emociones nos genera una apertura mental, vemos como todo se va aclarando y esto nos beneficia para comprender que nosotros mismos tenemos los recursos para la auto-sanación.
DETRÁS DE TODA EMOCIÓN CONSIDERADA NEGATIVA SIEMPRE SE ENCUENTRA LA PAZ.
Nunca nadie podrá llenar el dolor interior que sentimos. La responsabilidad es totalmente nuestra y nadie puede hacer el trabajo por nosotros.
Espero que con este artículo haya podido mostrarte, desde otra perspectiva, tus conflictos de relación.
En mi vida el comprender y practicar las proyecciones ha sido marcar un antes y un después a la hora de hacer frente a cada situación.
¿Te ha servido este artículo?
Si tenés dudas, preguntas o querés contar tu propia experiencia, te animo a escribir en los comentarios y a compartir este artículo, para que puedas ayudar a más personas que como vos, quieren una mejor relación pero no saben cómo hacerlo.